jueves, 9 de diciembre de 2010
TULIO, EL DESASTRE DE LA EDAD
En una desvencijada mesa un viejo radio narraba las aventuras de chucho el roto mientras la vieja molía el maíz.
Un par de estiradas trenzas y la dieta de frijoles habían conseguido que la migraña hiciera lo suyo, y ahora no pensara en otra cosa que moler, aunque fuera maíz.
Jumento trataba de sacudirse los resquicios de la noche anterior .no dejaba de mirar, con envidia aquella taza de café, pero se detenía al recordar (si es que un asno puede recordar) lo que paso en la intentona pasada .Eran casi las nueve, el viejo recordó de pronto que tenia que ir a misa de Domingo, aun sentía algo de vergüenza por la vez que comulgo con los dedos rojos de tuna (robar es un pecado, y el no contaba con nopaleras)
Echó mano de las pocas fuerzas que le quedaban tomando en cuenta su edad y lo decrepito que estaba para asirse fuerte al bastón que en los últimos días había hecho el doble de trabajo. Habían tocado la segunda de misa ,con una ligereza que hubiera puesto en ridículo a Ana Guevara ,se dirigió a la cantina que daba justo a la entrada del templo , ´´la casa de diosito ´´,nada mejor que remojarse los pensamientos en un vaso de alcohol antes de enfrentarse a la difícil tarea de soportar un sermón. Sus huesudas manos tamborileaban en el mostrador mientras esperaba su pulque de horchata. Un crítico depurado en las artes del beber, sabia distinguir los diferentes tipos de alcoholes, desde el manjar que suponía el pulque de guayaba, hasta la porquería que degustaba ahora.
La iglesia a esa hora era un verdadero infierno, un montón de remilgosas de hilachos y un cura con antecedentes era una mala combinación, un día cometió la desfachatez de salir en calzoncillos a celebrar misa (se le había olvidado la sotana), hubo un silencio sepulcral y el rostro de Cosme se ilumino de un rojo tostado, enseguida un pedo, un charco de orina y desde entonces los sermones no eran lo mismo.
Las rodillas del viejo crujían en un vaivén acompañado de otros ruidillos no tan agradables mientras un remolino de sueños rondaba su cabeza
Etiquetas:
LITERATURA
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